Comedia dramática en la que una mujer encuentra una carta de amor para su esposo y va a buscarlo al trabajo en New York. A partir de unos diálogos fluidos, de un excelente dibujo de los personajes y de la concentración temporal del relato, Mottola hace la difícil tarea (al menos para el cine americano) de acercarse al naturalismo. Si bien en la resolución pierde un poco el equilibrio, cumple con la tarea. Gracias al excelente trabajo de los actores que entienden la propuesta y al retrato nada complaciente de la clase media y la intelectualidad neoyorkinas, su film escapa a los lugares comunes del cine indie americano de la década de 1990.