Cuento de terror en el que una periodista americana investiga la muerte de una monja durante un exorcismo en Rumania. Inspirado en un caso real. La película está dividida claramente en tres partes: la investigación de la periodista, los flashbacks de los sucesos y la posesión de la protagonista. El problema es que la tercera es la más floja. Xavier Gens se toma su tiempo para presentar, pero estos directores de cine de terror contemporáneo filman con tanta desafectación por las continuidad espacio temporal que el arco temporal de la historia podría transcurrir durante un mes o dos días. Sophie Cookson tiene un bello rostro que trasmite en partes iguales vulnerabilidad, curiosidad y determinación. The Crucifixion progresivamente pierde interés porque la investigación no tiene nada que esclarecer. El exorcismo a las apuradas de la resolución es una evidente prueba de ello. Los flashbacks son los que guardan los mejores sustos, pero agregan muy poco sobre los personajes. Una breve imagen queda en el recuerdo: la de las arañas recorriendo la entrepierna de la poseída. El film, bajo cierta aureola de seriedad, trata de acercarse al horror religioso, pero queda a mitad de camino.