Secuela de The Brotherhood (2001) en la que tres amigos hacen un pacto con un brujo para ser los chicos populares de la escuela secundaria a la que concurren en Estados Unidos. DeCoteau vuelve al ataque con el mismo concepto del original pero una historia diferente, con el homoeroticismo latente y con los cuentos de terror aparentes. Aunque esta tal vez sea la más floja de sus producciones del año 2001. Cuesta encontrar un uso más desvergonzado de las imágenes de torsos desnudos, del ralentí y de la música tecno. Por momentos llega a inquietar que ninguno de los personajes se confiese gay. Pero esta vez, pasada la primera mitad, el film se queda sin variantes, el vacío de los personajes se hace notar, los diálogos no pueden tapar los huecos y la mediocridad del conjunto es demasiado evidente. Más allá del abuso de escenas con los personajes que usan anteojos para sol, del esquematismo de los personajes y del ridículo asesinato que los protagonistas deben cometer, los conflictos de la adolescencia que muestra el film son mucho más auténticos que en cualquier producto mainstream de Hollywood. Lo que no puede evitar es la ausencia de ambigüedad moral en la trama y la flojísima historia de amor con la chica de rigor. DeCoteau sufre los riesgos de ser prolífico y no puede expandir los aciertos del original. Tal vez los films no estaban relacionados en un principio.