Comedia absurda en la que un botones diligente trabaja en un lujoso hotel de Miami. El presentador anuncia que el film no tiene historia o argumento. Jerry Lewis juega con las posibilidades humorísticas de la planificación. Se suma a la estirpe de grandes comediantes mudos de la historia del cine. De hecho su personaje prácticamente no habla en toda la película. Del planteo narrativo se desprende un humor episódico, absurdo y surreal (un personaje interpretado por dos actrices). Algunos gags son tan breves y simples que si el espectador pestañea puede perdérselos. No es de extrañar que los críticos franceses sientan una particular fascinación por la obra de Lewis como director. La fotografía en blanco en negro en locaciones reales remite a las nuevas olas europeas.