Película bélica en la que un grupo de soldados soviéticos en tanque quedan varados en el desierto durante la guerra de Afganistán en 1981. Algo no combina en el preciosismo visual de Kevin Reynolds, la base de aventura de la historia, los horrores de la guerra y el realismo de la puesta en escena. Por no hablar de los soldados rusos hablando en inglés y los personajes pobremente delineados. Sin embargo la fotografía de paisaje desolador y la música mecanizada de Mark Isham transmiten la deshumanización de la situación.