Drama en el que una solterona invita a un chico a su casa en un día de lluvia y lo encierra en Vancouver. Altman juega al borde del thriller psicológico y el cuento de horror gótico, pero nunca entra de lleno. Sobrecarga la puesta en escena de zooms, espejos, rejas, cortes y travellings que terminan agotando a los personajes antes de la trágica resolución.