Cuento de terror y ciencia ficción en el que una nave espacial acude a un llamado de auxilio y encuentra una raza extraterrestre en un planeta inexplorado en el futuro cercano. Con mínimos recursos (naves de cartón y simples decorados), Bava consigue excelentes resultados. La película mantiene el suspenso en todo momento. Producto modesto, lejos de las obras maestras de Bava y del film chapucero que otros piensan, lo mejor del film es la resolución.
Bava incursiona en la ciencia ficción y da su particular visión del terror. Nuevamente el escenario consume a los personajes hasta agotarlos. Las luces, los colores y el decorado dan una particular visión del infierno. Si bien el bajo presupuesto se nota especialmente en el diseño interior de la nave (la falta de techo denota el rodaje en estudio), en las escenas en exteriores el clima de amenaza es constante. Tal vez la ciencia ficción interplanetaria no sea el escenario más propicio para el cine de Bava. Porque la pulsión naturalista ya no necesita de la distinción de mundo derivado y mundo original. De hecho Bava no volvió al género. Pero igualmente se trata de un film bellísimo y absolutamente particular en la historia de la ciencia ficción.