Drama en el que Vladimir Lenin, enfermo, moribundo y atendido por doctores y enfermeras, pasa sus últimos días en una casa al sur de Moscú. El tono de la fotografía verde ocre le da un tono extraño, demodé e incluso de anticuado a la imagen. La visita de Stalin aporta un toque curioso e irónico, pero no mucho más. La intención del film es la de humanizar al personaje. Y realmente resulta triste verlo enojarse y caerse. Sin entrar en las habituales reflexiones metafóricas o políticas del tema, Sokurov muestra una parte de la historia no muy visitada, pero muy valiosa.