Comedia en la que un ladrón incompetente es atrapado y escapa de prisión en New Jersey. Woody Allen todavía se muestra inexperto en cuanto a la planificación, al montaje y a los movimientos de cámara, pero esta característica refuerza el perfil del protagonista y al poco tiempo se olvida. De hecho no molesta. La naturaleza episódica de los gags, la trama un poco vaga y la utilización de un narrador como en un falso documental se insertan sin problemas dentro de este esquema. El resultado final no oculta la influencia de Godard.