Thriller en el que un sordomudo que necesita un riñón para su hermana y un empresario que perdió a su hija buscan venganza en Seúl. Park redefine el subgénero de thriller de revancha, aún más que Irreversible (2002), porque contempla las dos caras de la moneda, no hay buenos ni malos, porque las explosiones de violencia pocas veces vistas agregan un humor negro casi masoquista. En la descripción de los personajes (traficantes de órganos, violadores, secuestradores, torturadores, asesinos y abusadores de menores) puede recordar a la distancia de L’humanité (1999), pero en el tono severo y la estilización seca está más cerca del universo de Kim Ki-duk. La combinación de un scope anchísimo, ambientes urbanos, sonidos urbanos, música incidental y violencia es realmente perturbadora. La resolución escapa a los thrillers al uso de John Woo, sino que hay realmente justicia poética.