Thriller en el que una mujer sale de la cárcel y busca venganza contra el hombre que la puso allí en Seúl. Park Chan-wook completa su trilogía de la venganza y progresivamente se acerca al terreno de la fantasía. Si bien asume riesgo (estilismos visuales, narración fragmentada, humor irreverente), luego de la primera parte en tono de fábula la película se vuelve densa moralmente, al mejor estilo M (1931) de Fritz Lang. Hasta cierto punto las comparaciones de Park con Stanley Kubrick tienen sentido. No se puede negar que son referentes del cine contemporáneo o del pasaje al cine moderno cada uno en su ambiente. Si no comparar con el díptico Kill Bill (2003), una apología al conformismo de Quentin Tarantino. Symphaty for Lady Vengeance tal vez sea la más fallida de su trilogía, pero es que el tema ya acusaba desgaste desde el capítulo anterior.