Comedia musical en la que un apostador conoce a una profesora de baile en New York. La historia tiene un poco más de desarrollo del habitual, el primer número musical llega pasada la media hora. Caminan juntos. La fórmula es la misma que la de Top Hat (1935), pero aquí luce más aceitada. El comic relief de los secundarios es medianamente efectivo. La belleza de los números musicales se sostiene en la continuidad de plano. Lo sorprendente de Ginger Rogers es cómo puede estar a la misma altura que Astaire aun cuando los vestidos que usa no permiten verle las piernas.