Thriller de acción en el que unos terroristas toman como rehén al vicepresidente de los Estados Unidos en durante la final de la NHL en Pittsburgh. Lo que tenemos aquí es un Die Hard (1988) en un estadio de hockey. El film no aporta nada argumentalmente, salvo la espectacularidad de algunas secuencias como la que transcurre en el techo del estadio o la del helicóptero. Para destacar el papel sólo funcional de Jean-Claude Van Damme y la resolución.