Aventura de ciencia ficción en la que unos transportadores espaciales llevan una valiosa carga hacia la Tierra en una nave en el futuro. El film es una celebración del más puro espíritu kitsch de la serie B, aunque el reparto, el diseño de producción y los efectos especiales sean muy superiores a la media. La película da protagonismo a los marginados (camioneros, prostitutas) y se sostiene en excelentes detalles visuales (las publicidades que han invadido el espacio en forma de gigantografías, los colores del vestuario, la cafetería y los decorados, las luces del cerebro del villano que se prenden ante alguna propuesta). Hay referencias a la rueda giratoria de 2001: A Space Odyssey (1968), a la salida para reparar la nave de Dark Star (1974) y a la boca se abre de Total Recall (1990) que resultan simpáticas. En el último tercio, el film pierde vigor (las escenas con los cyborgs no son ni impactantes ni graciosas), pero en el epílogo lo recupera. Pese que fue calificado como PG-13, Gordon conserva su poderosa imaginería sexual (Debi Mazar está todo el film en ropa interior, el sudor que corre por la sangre desnuda, la escena de sexo sin gravedad). Es gratificante que Gordon se adelante a los tanques de ciencia ficción de fin de siglo con un film mucho más artesanal.