Slasher en el que seis jóvenes americanos participan de un juego de supervivencia contra tres asesinos en el estudio de un programa de televisión en Japón. Devereaux parte de una premisa similar a la de Battle Royale (2000), utiliza la sátira como fundamento del desarrollo de la historia y juega con los lugares comunes del slasher. Como resultado tenemos uno de los films de terror más innovadores de los últimos tiempos. Porque el experimento formal con la continuidad del plano, en la línea de Rope (1948), prescinde del montaje en la construcción de la acción y utiliza unos agresivos travellings que barren el estudio. El film sorprende y fascina al principio, pero la puesta en escena no es capaz de sostener el concepto por 90 minutos. El dispositivo se come al escenario mucho antes. Las actuaciones cargan con un peso excesivo. Los cortes de montaje simulados se notan y las escenas de violencia (el gore es excesivo, pero poco realista) son las que más se resienten. Son los riesgos que vienen acompañados de la innovación. Igualmente, la colorida puesta en escena, el excelente uso de los decorados y algunos apuntes en el dibujo de los personajes logran mantener la atención en todo momento. Al igual que Dante Tomaselli, Devereaux es uno de los pocos directores de cine de terror que no teme tomar riesgos y asume de lleno las posibilidades del juego.