Drama en el que una joven va a Las Vegas con la esperanza de convertirse en bailarina. El cine de Paul Verhoeven encuentra el realismo en el irrealismo (qué mejor lugar que Las Vegas) y nunca juzga las acciones de los personajes (el reverso del morality tale). Y antes que nada es una inyección de vida que desconoce la noción de tiempos muertos. Los personajes están en constante estado de excitación y la cámara y el montaje nunca se detienen.