Cuarto capítulo de Scream (1996) en el que unos adolescentes son eliminados por un asesino enmascarado mientras que la sobreviviente de la primera masacre regresa como escritora a su pueblo en California. Luego del errático camino de las carreras de Kevin Williamson, Wes Craven y el reparto del original, era sólo cuestión de tiempo para que volvieran a reunirse a dar una vuelta más en la autorreferencialidad de la saga. Si bien hay un intento de volver a la estructura del primer capítulo, los asesinatos recuperan el gore perdido en el tercer capítulo y la idea del film dentro del film es más sugerente de lo que parece, no hay ninguna secuencia o set piece que alcance el impacto de Scream 2 (1997). Si todavía Craven puede mirar a los adolescente con cierta distancia crítica y Williamson puede crear algún personaje, el trío protagonista (Neve Campbell, David Arquette, Courtney Cox) y el asesino son los que más acusan el desgaste. De los asesinatos, sólo destacar la brutalidad del tercero y la sexualidad del cuarto. Agrega cuatro en el doble epílogo y dos después de la revelación. Finalmente Scream se convierte en una saga que sigue el camino que criticaba. Es hora de que asuma su fracaso.