Comedia musical en la que una pareja de hermanos bailarines son invitados a llevar su espectáculo a Londres durante la temporada de la boda real. Los números musicales, desde el momento que la pareja baila en el barco, son un placer para los ojos: el desborde de los márgenes de la pantalla, la ruptura de la verticalidad y la horizontalidad, el juego con el decorado y los objetos, hasta el color estalla en la pantalla. Después la historia no puede ser más accesoria. Incluso las escenas documentales de la boda real ni muestran a la pareja.