Mezcla de comedia y thriller en el que dos ladronas de obras de arte buscan a un pintor que mata modelos en una ciudad de Europa. El film es un delirio chez Franco con hombres lobo sirvientes, disfraces de Gatúbela, bailes eróticos en cabarets, asesinatos, tiroteos y bombas. Todo revestido de una estética chic, pop y de comic antes que kitsch, trash o camp. Lástima que todavía hay ciertas restricciones en cuanto a los desnudos (la protagonista pide a la cámara que haga un zoom a su rostro) y a la violencia (falta un poco de pimienta).