Drama bélico en la que un grupo de la resistencia trata de escapar de la Roma ocupada por los nazis durante la segunda guerra mundial. El film es un testimonio de primera mano de los abusos del poder y el absurdo de la guerra. Las imágenes sudan dolor y angustia. Tienen una textura asfixiante. Rossellini hace un magistral trabajo sobre el espacio en el que cada puerta conduce a un lugar más viciado. E incluye un simbolismo religioso tan crudo como real en la escena de la tortura y la crucifixión.