Western en el que un coronel yankee busca un traidor que vendía información al ejército confederado poco después de la guerra civil en un pueblo de Texas. Howard Hawks cierra la trilogía de los ríos y se adapta un poco a la época: montaje más dinámico, cámara más activa, una excelente secuencia de acción (el robo de oro). Pero la pintura del oeste sigue intacta: el grupo no salva al individuo, los viejos, borrachos y perdedores pueblan la pantalla en todo momento y los afilados diálogos dan un toque más crepuscular aún. En este caso la mujer no queda bien parada. El personaje de Jennifer O’Neill tal vez sea el más histérico de toda la trayectoria de Hawks.