Comedia de ciencia ficción en la que el empleado de un videoclub descubre una invasión alienígena que utiliza un film de ciencia ficción de la década de 1950 para lavar el cerebro a los humanos en Los Angeles. Sin duda Lieberman es un tipo inteligente. La referencia que hace a Truffaut y Baisers volés (1968) no es para cualquiera. El film desliza un comentario crítico sobre la proliferación del video y el control remoto. Pero, en el fondo, Lieberman tiene poco que decir y mostrar en la década de 1980. Los personajes carecen de motivaciones y de vida (simple identificación) y el mal gusto de los decorados y ambientación (supuestamente futurista) se deja ver por todos lados.