Drama en el que una viuda malhumorada debe cuidar a un niño perdido en Tokyo poco después de la segunda guerra mundial. Si bien domina cierto sentimentalismo y un tono de comedia ligera, la imagen final no deja dudas de los horrores de la posguerra. El único uso que hace Ozu de los travellings laterales es en la secuencia en que los personajes salen a pasear a la costa y el niño se pierde. El movimiento de la cámara es mínimo.