Giallo en el que un grupo de personas empieza a matarse por la tenencia de una bahía en la región de Lazio. Tal vez motivado por la aparición de Dario Argento, Bava hace el giallo más original, desquiciado y violento de la historia. El film acrecienta la violencia, los giros de la trama y los salpicones de sangre hasta niveles inéditos. La pirotecnia visual está presente, pero queda en segundo plano. Bava planta la semilla del slasher americano al incluir un grupo de jóvenes que sólo buscan divertirse y son asesinados en serie. La secuencia sólo dura 20 minutos, pero es todo un antecedente. Reazione a catena es un film único por su descaro argumental (aun para los estándares del giallo) en el que los asesinos y las víctimas se multiplican sin razón. Pero en el fondo es también una de las más feroces y originales críticas al capitalismo que ha dado el género de terror.
Bava da un pequeño salto al vacío del cine gore, pero la operación es tan desconcertante como efectiva. El comienzo es absolutamente excesivo, con la secuencia en que un asesino mata a otro asesino que acaba de matar a otra persona. Después, presenta a los personajes sin siquiera preocuparse por aclarar qué relación tienen con el doble asesinato que vimos al principio. En el medio inserta una mini historia de un grupo de jóvenes que llegan al lugar para divertirse y, al descubrir un cadáver, son asesinados de forma tan expeditiva como violenta. La segunda mitad de la película es una larga secuencia que transcurre de noche en la que se suman personajes, asesinos, testigos, flashbacks, explicaciones hasta virtualmente consumir todo el medio. Bava construye su film casi exclusivamente a partir de planos detalles y primeros planos. Pese a ser una de sus mejores películas, no luce tanto visualmente como otras veces. Los violentos asesinatos escenifican la estructura fracturada del relato. El tono de comedia subterránea que Bava empezó a desarrollar a partir de Diabolik (1968) y Il rosso segno dellla follia (1970) aquí también está presente.