Comedia de terror surreal en la que unos conejos deprimidos dialogan en una habitación. Lynch trata de darle una nueva dimensión a la palabra bizarro, a la vez que demuestra que la mejor táctica para generar miedo no es la anticipación, sino el total desconcierto. El cortometraje retoma la atmósfera y los climas de Mulholland Dr. (2001) y anticipa los de Inland Empire (2006).