Policial en el que la esposa de un narcotraficante dominicano sufre el secuestro de su marido durante la Navidad de 1993 en New York. Las cuestiones centrales del film, el tráfico de drogas, la institución familiar, la comunidad de inmigrantes y la corrupción policial, son temas recurrentes en su filmografía, pero aquí reciben un tratamiento único y original. Ferrara realiza un ejercicio minimalista donde ni los nombres de los personajes son dados, todas las acciones “importantes” quedan fuera de la pantalla (en la misma línea que New Rose Hotel (1998)), construye con serenidad un impecable retrato de los personajes (imposible distinguir buenos de malos) y logra un rarísimo grado de introspección del personaje femenino. En apariencia es una versión diluida y amanerada de Ferrara, pero no por eso menos realista, perturbadora y fascinante. Hay una escena en el que el secuestrador interpretado por Ice-T negocia con la protagonista a través de la ventanilla del auto que por despojada, por incómoda y por dramática es más impactante que cualquier tiroteo, muerte, abuso o humillación (recordar sino una escena similar en Bad Lieutenant (1992)). La resolución en la que todo vuelve a su lugar sólo da lugar a un enigmático continuará. Ferrara logra despojarse de todos sus ornamentos que lo tenían atado ya sea al cine de género, a la religión, al sexo o a la violencia, y hacer un film realmente libre y personal. Aunque tal vez haya filmado su sentencia de muerte en la industria.