Drama criminal en el que un dealer pierde una droga y debe conseguir el dinero en menos de una semana en Copenhague. Refn trata de armonizar el hiperrealismo de la puesta en escena, una fuerte vertiente genérica y el retrato de un personaje superado por las circunstancias. Por momentos lo logra, aunque la sensación de artificio domina. Como muchos directores surgidos en la década de 1990 (Tarantino, Kassovitz, Boyle), la referencia sigue siendo Scorsese y sus Mean Streets (1973). Sólo el tiempo dirá si Refn es un autor o un manierista más.