Comedia romántica en la que un comerciante inicia una relación con una amiga de una de sus hermanas en Los Angeles. Paul Thomas Anderson hace una comedia romántica violenta, veloz y vertiginosa. El tratamiento del color y la música está en permanente contraste con la personalidad del protagonista, siempre alterado, inseguro e impaciente. Da la impresión que Anderson decide bajar los decibeles después de la ambición y la coralidad de Boogie Nights (1997) y Magnolia (1999). Uno de los méritos de la película es que la cámara le escapa al gag. El humor físico y los golpes siempre quedan fuera de cuadro. El tipo de historia de amor que cuenta desde ya que está fuera de lo común. Los aspectos políticos y religiosos parecen no importarle a Anderson, pero sí los económicos, a partir de esa escena de Adam Sandler bailando en el supermercado. En el recuerdo quedan los bellos contraluces con luz natural de la fotografía de Robert Elswit que le dan cierto toque onírico al film. Anderson abre la década de 2000 quedando bien con la industria y lo artístico. And now?