Comedia en la que una camarera evita el atentado de un jeque árabe en Washington y empieza a trabajar para el gobierno, más exactamente en un gabinete de la cancillería de los Estados Unidos. Ross sigue navegando la década de 1980 entre la fábula, la sátira y la comedia poco inspirada. El problema se ve agravado en este caso porque la película es un vehículo para Goldie Hawn, el guión se cree inteligente y el humor, nunca aparece.