Thriller en el que el conductor de un programa de radio es acosado por una fanática con la que se acostó una vez en un pueblo de California. Con un mínimo presupuesto, inquietud y juventud, Eastwood da inicio (casi sin querer) a un subgénero, el thriller erótico reaccionario (aunque escapa a las execrables tendencias que luego tomó, al no amenazar la estabilidad familiar), e incluye un par de secuencias con sentido musical (la del festival y la escena de sexo). Aquí Eastwood no está tan interesado en respetar las tradiciones y en adscribir al clasicismo. Es lo más cercano que ha estado de la experimentación, con las charlas por la playa en plano general y los montajes que alteran el tiempo y el espacio.