Drama criminal en el que unos jóvenes pequeños delincuentes vagan por las calles de Buenos Aires. El film no es ni un intento de definición de la marginalidad de la década de 1990 ni una bajada de línea sobre la crisis social argentina. Más bien es una comedia dramática con momentos que bordean el absurdo. Caetano y Stagnaro se implican en los conflictos de sus personajes, pero adoptan una condescendencia hacia su forma de ser. Por lo que el film cae en un peligroso doble discurso. El desfasaje entre el qué y el cómo es inadmisible en cualquier film que trata de ser realista. La resolución con un tiroteo en una bailante y el escape de la pareja resulta muy forzada y artificial.