Policial de ciencia ficción en el que un genio matemático es perseguido por unos ejecutivos de la Bolsa y unos rabinos en New York. El film se encuadra como ficción científica antes que ciencia ficción, pero también funciona como cuento misterio (el significado de un número de 216 cifras). Pese a la complejidad del lenguaje y las situaciones, el planteo argumental es simple y directo. El aislamiento del protagonista es consciente. Evita los alrededores de su departamento a toda costa. Su obsesión es una variante interesante de la figura del científico loco. Las reminiscencias con Eraserhead (1977) surgen naturalmente. Las alucinaciones acompañadas por un zumbido molesto tienen un papel primordial porque retratan su padecimiento y acentúan el enigma del número. El rol aséptico de la ambientación, una New York monótona y descolorida, no es poco importante. La película tampoco niega marcados apuntes estilísticos (la música tecno, la cámara vibrante) que no quedan para nada fuera de lugar. La resolución es excesivamente ambigua, pretendidamente confusa e inevitablemente correcta.