Cuento de terror porno en el que un conde secuestra mujeres para torturarlas en su castillo en Francia. El film es un fallido intento de conjugar dos géneros: las escenas de sexo no tienen función narrativa, la historia de horror es tan pudorosa como ridícula. Se extraña ante todo la atmósfera surreal, la puesta en escena teatral y el elemento sobrenatural que caracteriza a las ficciones de Rollin y le dan un tono de constante rareza. Estrenada en 1977 en Estados Unidos como The Seduction of Amy.