Cuarta parte de Phantasm (1979) en la que los amigos de la infancia luchan contra el Hombre Alto en California. El film es la entrega más esquemática y menos inspirada de la saga. Simplemente asistimos a 90 minutos de montajes paralelos de los dos amigos por separado acompañados por flashbacks del capítulo anterior, pero sin la más mínima sensación de peligro o de inquietud. Ni siquiera el sentido del humor o los bellos paisajes de la tercera parte aparecen. Es que Coscarelli y sus actores ya deben estar cansados de hacer el mismo film hace 20 años. Pero resulta patético ver a un Angus Scrimm con dificultades para caminar y hablar (la voz afectada por laringitis) oficiando de villano. Los bichos habituales, las bolas plateadas, los enanos encapuchados y los zombis (en este caso un policía) hacen sus apariciones de rigor sin llamar la atención. La ausencia de los golpes gore, imprevisibles y brutales, que hicieron famosas a sus predecesoras se hace sentir. La escena de las calles de Los Angeles vacías al amanecer anticipa una secuencia similar en 28 Days Later (2002). Los únicos “chistes” son la escena de la explosión del auto en la que los protagonistas salen corriendo creyendo que es sólo para una película y la transformación de los pechos de la rubia que levantan en la carretera en bolas plateadas. Los efectos especiales KNB Group hacen un trabajo bastante light. El film incluye al principio las primeras bolas digitales de la serie. La resolución deja la puerta abierta para un quinto capítulo que esperemos que sea un poco más elaborado.