Western de ciencia ficción en el que un pistolero llega a un viejo pueblo del oeste en un planeta habitado sólo por mujeres. Pese a que nadie lo haya notado y ni siquiera le importe, DeCoteau rinde un homenaje a Johnny Guitar (1954) (que de por sí ya era un western de otro planeta), a partir de una trama en la que un grupo de mujeres fuertes pelean por un hombre débil. Pero además, hace otro film cargado de deseo y de alegría que definitivamente tiene su estilo. DeCoteau es de los pocos auténticos directores de culto del cine de clase B de los Estados Unidos, a la misma altura de Russ Meyer, John Waters y Herschell Gordon Lewis.