Cuento de terror en el que una abogada española trata de alquilar un departamento en Buenos Aires y es acosada por un grupo de satanistas que intentan realizar un ritual en ese lugar. Luego del intento fallido de trasladar su estética a un cine más industrial con Sudor frío (2010), Bogliano se acomoda mejor a las exigencias de un producto de género con vistas de estreno comercial. Ahora juega más con el terror psicológico y la sugerencia. El resultado es mucho más estimulante. Pese a que el retrato de la protagonista por momentos se vuelve un poco irritante, una vez que se clarifica la amenaza a la que tanto ella como el espectador estuvieron sujetos sin darse cuenta durante un buen rato, el film cobra otra dimensión. Es una lástima que el guión no efectúe algún que otro giro más de allí hasta la resolución y que se quede con una simple recreación del ritual y una poco relevante revelación en el epílogo. Pero el trabajo con los actores, los espacios y la elipsis ya muestran el aplomo y la sabiduría de un director con sobrada experiencia en el género de terror.