Comedia musical en la que una mujer se reencuentra con su primer esposo, algo oculto para el actual, en Paris en la década de 1920. Resnais recurre a la artificialidad teatral de Smoking/No Smoking (1993) y la utilización del musical de On connaît la chanson (1997), para hacer un film aún más ligero, pero que plantea una sugerente idea de cómo acercarse al retrato de una época a través del cine al igual que Mélo (1986). Esto es, no escondiendo el artificio, no tratando de reconstruirla desde el punto de vista histórico ni reinterpretando los textos, sino expandiendo el artificio en su más cruda inverosimilitud. Así, los créditos recitados del principio, las miradas al público o la cámara, los personajes que se desvanecen cuando salen de escena y la escenografía carente de techo reproducen el ambiente, el ritmo y el artificio del teatro de principio del siglo XX. Claro que después quedan los diálogos, los conflictos y personajes originales y allí no hay mucho que celebrar o festejar. Si bien ninguno resulta molesto y el film transcurre con fluidez, algunos pensarán que no estaría mal pedirle algo más al director de Hiroshima mon amour (1959). Pero Resnais igualmente continúa explorando las posibilidades del cine como arte multiforme y transformador.