Versión musical del mito de Orfeo en la que un cantante bisexual pierde a su esposa en el infierno en Paris. Jacques Demy siempre está al borde de la película vergonzosa, pero en este caso, con las espantosas canciones, los extras que cantan en la fiesta de cumpleaños y la actriz japonesa doblada, casi lo consigue. La década de 1980 pasa factura a todos los directores. Lo único que se salva es la atmósfera fantástica heredada del film de Jean Cocteau (pasajes de dimensiones, el mundo de los muertos) y la simpleza de la resolución (todo se resume en un gesto en el infierno).