Policial negro en la que un comisario se ve envuelto en el asesinato de una joven en un pueblo del Gran Buenos Aires. Campusano se emplea junto a otros dos directores para realizar un film de género sin mayores pretensiones. Pese a que el esquema de producción es el mismo, la película poco tiene que ver con su cine. El tono jocoso y el retrato abyecto de los personajes en pos de la justicia populista descalifica inmediatamente al producto. De allí que el choque de clases que ensaya la estructura narrativa de historias paralelas sea inofensivo. Más allá de que no se trata de una película de episodios y desconociendo si los realizadores se dividieron las tareas, la disparidad entre los segmentos resulta evidente.