Thriller de ciencia ficción en el que un policía llega a una base espacial en las lunas de Júpiter para investigar unas muertes relacionadas con una droga. El film se ubica temática y cronológicamente en el medio de Alien (1979) y Blade Runner (1982). Y si bien no marcó la historia del género de ciencia ficción, no tiene nada que envidiarle visualmente a las ficciones de Ridley Scott. Lo mejor es la claustrofóbica ambientación que transmite lo viciado del lugar y la excelente combinación de la música, la fotografía y el montaje, por ejemplo, en la secuencia de la persecución del sospechoso.