Policial en el que un asaltante de bancos se escapa de prisión en Florida y es perseguido por una agente federal en Detroit. El desarrollo argumental tan simple como formulático es revestido por alteraciones temporales y numerosos flashbacks. Pero lo mejor termina siendo el reparto (un George Clooney al que Hollywood finalmente le encontró un lugar y una Jennifer Lopez que por primera vez se muestra segura y no desentona) y los excelentes diálogos, cortesía de la novela de Elmore Leonard (la primera charla de la pareja en el baúl del auto, la forma en que el delincuente acosa a la protagonista, el cambio de ritmo de las conversaciones en la escena en el hotel). El problema es que cuando las historias de crimen tienen personajes demasiado simpáticos, el artificio se torna involuntariamente evidente. El film termina siendo esclavo de la corrección de la pareja protagonista. Le falta un poco de pimienta a la relación. La irrupción de la violencia, sin perder el humor, en la resolución y el camino menos comprometido y más conciliador de la resolución son acordes con el tono del film. El tratamiento ligeramente distante encuentra sus mejores momentos más en la sutil parodia que en los golpes de efecto.