Comedia dramática en la que un adolescente del sur de California intenta ser admitido en la Universidad de Stanford. Luego de una ópera prima fallida, Zero Effect (1998), Jake Kasdan intenta simplificar la maniobra: sucesión de gags en dilatación temporal. Si por momentos resulta insoportable la acumulación de caos, la pirotecnia visual y la idiotez de los personajes, el guión acomoda las piezas sobre el final (cortesía de Mike White). A partir de la naturalidad con que es tomado el incendio en el dormitorio, el duro choque con la realidad del campus y la vuelta a casa en el epílogo, Orange County revela su ausencia de pretensiones: feel good movie. Claro que las referencias literarias al escultismo y la selección de canciones de la banda sonora (Brian Wilson), acordes al público MTV. Pese a las limitaciones del medio, J. Kasdan se las arregla para robarse más de un par de sonrisas.