Cuento de misterio en el que un grupo de personas se reúne en una mansión en la que hay una suma de dinero escondida y un asesino suelto en Louisville, Kentucky. D.W. Griffith incursiona en el género de la old dark house y despliega todo su arsenal de recursos narrativos y visuales para que la experiencia no quede en la mera curiosidad. La trama incluye a una heredera desposeída, una operación de contrabando, un matrimonio arreglado y un sirviente negro (que aporta el comic relief). El film se toma su tiempo (la duración supera los 140 minutos) para presentar a todos los personajes y establecer el escenario, pero nunca pierde de vista el núcleo del relato. Es un film de pequeña forma narrativa filmado como si fuera de gran forma. La inclusión de un asesinato con cuchillo y la presencia de un asesino enmascarado hacen de la película el más lejano antecedente del slasher en la historia del cine. Los primeros planos de la heroína obligada a casarse con un hombre que no ama tienen la belleza habitual en Griffith. La tormenta final en el clímax le da un tono épico a la historia.