Policial en el que un estafador planea robar un casino de Las Vegas con una pandilla de once integrantes. Remake de Ocean’s Eleven (1960). El film tiene una asumida intención de sólo agradar y entretener, desde la presentación de los variopintos personajes al principio hasta los breves flashbacks de intentos de robo fallidos a los casinos de Las Vegas. Está dividido en dos partes, los preparativos y el robo en sí, que ocupan la misma cantidad de tiempo. La transición entre una y otra casi ni se nota. La historia de amor del protagonista con su ex esposa poco agrega. La película está resuelta con elegancia y funcionalidad, sin salidas de tono ni excesos. Es uno de los films de Soderbergh más pulcros y lineales. No toma ninguno de los calculados riesgos estilísticos de Traffic (2000). Tal vez el excesivo happy end empañe la resolución.