Comedia policial en la que una periodista y un fotógrafo de un tabloide descubren un secreto sobre el alcalde de New York. Después de una de sus mejor películas, Eating Raoul (1982), Bartel tiene aún más problemas para conseguir presupuesto y algún tipo de distribución razonable. En este caso adopta las poses de la screwball comedy y del film noir y les agrega cierta dinámica de lo imprevisible y una sátira a la hipocresía de los valores americanos de la década de 1980.