Cuento de terror en el que un vampiro compra una propiedad en Wismar en el siglo XIX. Herzog rehace Nosferatu (1922) homenajeando al original, ya sea por la apariencia del vampiro, algunos planos calcados y la resolución similar. El arranque del film es parsimonioso pero seguro. Después se sostiene en la imaginería visual de Herzog y la locura por las ratas.