Cuento de terror en el que un antropólogo descubre una misteriosa raza de nómades que vagan por la ciudad de Los Angeles. La estructura narrativa tiende a la confusión y al caos, pero resulta muy efectiva para establecer una atmósfera inquietante y ahondar en la imposibilidad de comprender lo sobrenatural. Algunos excelentes momentos (el protagonista deambulando por su propia casa a oscuras, la entrada a una iglesia abandonada, un clímax del más puro horror) convierten a la película en uno de los mejores (y menos conocidos) films de terror de la década de 1980. Sólo la molesta inclusión de algunas canciones pop corta un poco la atmósfera.