Comedia de terror en la que un grupo de adolescentes camino a la playa son atacados por unos zombis violadores en Virginia. La textura, el color y el grano de las imágenes remiten al cine de la década de 1970. Uno no deja de pensar en los primeros films de Cronenberg, Shivers (1975) especialmente. Los personajes no resultan tan despreciables en un principio y la publicidad de Marlboro está convenientemente ubicada. Aparentemente se puede hacer un film como este con 40 mil dólares de presupuesto. Abrir la película con una escena de necrofilia es sexualizar todos los ataques, pero hay un borde dónde el humor pasa de ser tonto a condescendiente y pierde todo su efecto: la eyaculación a mares. A fin de cuentas, la imaginación no es tan perversa. La perversión es una cuestión de forma, no de contenido. Los zombis son individualizados al extremo de la parodia y allí, la película carece de variantes.