Cuento de misterio en el que un comerciante de arte es confundido por un hombre con el mismo nombre que perseguido por ser judío en Paris durante la ocupación nazi. La película bordea el fantástico al sugerir al mismo tiempo que el personaje de Alain Delon tiene una doble vida y es víctima de un complot. La puesta en escena de Losey hace un excelente retrato de la mente del protagonista por la obsesión de encontrar a su némesis y la oscura existencia que lleva.