Psycho thriller en el que tres amigas van al bosque y una madre con sus dos hijos las secuestran y torturan en New Jersey. Pese a la secuencia de introducción en la universidad diez años antes, las pinceladas de humor desconectadas, los guiños al cine arte (espacios vacíos, fundidos en amarillo) y las aberraciones de montaje, punto de vista o mirada, el film es una de las películas de Troma más serias y consecuentes. Mother’s Day continúa la línea del horror campestre del cine americano de la década de 1970.
Más que un slasher el film es una especie de parodia de los films de violación y revancha. Una parodia un poco improbable eso sí, pero con Troma nunca se sabe. El problema es que, más allá de que algunos gags resultan efectivos (los diálogos durante la fiesta de piscina de Beverly Hills, el negro que grita que nunca podrá ser libre en América, el vagabundo que proclama en la calle que Rockefeller gana un millón al día), la mayoría de las escenas resultan improductivas narrativamente (el prólogo en una convención para fomentar el ego, la presentación en separado de las tres mujeres en distintas ciudades, el recuerdo de una broma que le hicieron a un novio durante sus años en la universidad, el entrenamiento de los psicópatas por la mañana), alejadas de todo tipo de realismo. Es fácil parodiar a malos films. De allí que la tensión, el efecto de violencia y la preocupación por el destino de las protagonistas sean mínimos.